viernes, 31 de octubre de 2008

LA MUERTE


Toda nuestra existencia está ordenada en torno a las distracciones que nos permiten ponerla entre paréntesis, jugar con ella, bordearla y hacer como que hemos olvidado que sigue ahí y que nada la borrará del todo. Desconectamos.
Pero nada nos desconecta por completo.
Al final de cada juego, de cada texto literario, de cada gran ficción litúrgica – ya sea teatral o religiosa -, el horizonte de la caducidad reaparece: es nuestra esencia. El alcohol, las otras químicas, son sólo interruptores efímeros…
No hay ebriedad perenne. La conciencia retorna. Y el malestar de vivir en la precariedad, torna con ella. Y uno se hace a la idea de domarlo sin que jamás se vaya. O bien uno acelera. Aguarda a que una curva más cerrada, un pistolero más joven, o una dosis de química más alta extingan esa imposibilidad de ser lo que el deseo exige que se sea. Esa imposibilidad, que es la condición humana.

La Muerte, Gabriel Albiac.
La foto que encabeza el texto corresponde a Los Molinos (final) en Valdivia, ese invierno de 2007. En un tono de reflexividad y contemplación, el carácter del Divertimento III Valdivia-elinviernodelinvierno, difiere de sus predecesores. Las citas a Cassirer y Wittgenstein, en los primeros, se suman a las palabras de Kafka, que abren esta tercera parte. Su tono es atenuado, casi melancólico. El mal y la oscuridad son tematizados fragmentariamente, soportados por la música de Philip Glass: el Segundo Movimiento de su Cocierto para Violín. Abstracción, vacío, frío implacable, este video evidencia la ruina emocional, pero querida, de una estación que da alma e identidad a Valdivia y el extremo sur (fragmentos de Puerto Montt). Detalles, pequeños gestos y, una vez más, lo doméstico ligado a lo emocional de un estado de conciencia en un invierno que se imprime en el carácter y la personalidad de sus habitantes. Dedicado a los amigos, sin excepción, de Valdivia, a Argus K.K. y a su tierna humedad.

lunes, 27 de octubre de 2008

LADELGADAOSCURIDAD O PRIMAVERAENVALDIVIA -DIVERTIMENTO IV


Este es el resultado visible de lo invisible. Equivale a una conmemoración de este mismo sitio (La Delgada Oscuridad), como también, podría entenderse, la IVª parte de los divertimentos valdivianos. Subtitulado igualmente como primaveravaldiviana, su composición inicia con un texto de Pascal en torno a la condición del anthropos (hombre), la cual, se condice mucho con el estar de un hombre en los territorios primaverales de Valdivia. Su música corresponde al primer movimiento (Introitus) del Requiem de Gyorgy Ligeti (1923-2006). El tono de esta composición empatiza con el clima interior que plantea el extracto de La Orestiada, de Esquilo (del siglo V a. de C.) desplegado en todo el clip. Las imágenes, reitero, son exclusivamente de Valdivia, Niebla y sus alrededores en la primavera de 2008. La dura materialidad, con la cual termina la secuencia audiovisual, es la parte posterior de la edificación más grande que, actualmente, posee la ciudad y que continúa en construcción (octubre de 2008) y no tiene otro objeto que el de sugerir el futuro de aquella concreción que, como ya lo insinuan los restos hundidos en el río luego del cataclismo, alumbran su futuro y el de su actual condición antropológica.




jueves, 23 de octubre de 2008

Capsulita ... V

Lo que hecha de menos quien tiene nostalgia no es sólo el terruño, sino la propia identidad. La pérdida del propio hogar llena de sentido los dos términos del sintagma: “yo era un hombre que ya no podía decir ‘nosotros’ y que, por esta razón, decía ‘yo’ por costumbre y sin que me animara ya el sentimiento de la plena posesión del propio yo”. Reducido a sí mismo, el expatriado ya no es él mismo. Huérfano de la evidencia, comprende por defecto que los objetos, incluso los más prosaicos o los más funcionales, no se definen sólo por su calidad de utensilio y que, pese al triunfo moderno de la inteligencia racional, “todavía estamos reducidos”, para vivir humanamente, “a vivir entre los objetos que nos cuentan historias”.

Jean Améry, parafraseado por Alain Finkielkraut en La Humanidad Perdida.

lunes, 20 de octubre de 2008

Capsulita ... IV



Lo que buscamos en el viaje no es el descubriento ni el intercambio, sino una desterritorialización blanda, una posesión por el mismo viaje, y por tanto por la ausencia. En los vectores metálicos que trascienden los meridianos, los océanos, los polos, la ausencia adopta una cualidad carnal. Al secreto del enterramiento en la vida privada sucede el aniquilamiento por la longitud y la latitud. Pero al final el cuerpo está fatigado de no saber dónde está, en tanto que el espíritu se exalta con esta ausencia como una cualidad que le es propia.


A fin de cuentas, en los demás tal vez buscamos la misma desterritorialización blanda que buscamos en el viaje. El deseo propio y el descubrimiento es sustituido en la tentación del exilio por el deseo del otro y su travesía. Ya muchas veces las miradas y los gestos amorosos tienen la distancia del exilio, el lenguaje se expatria en palabras que tienen miedo a significar, los cuerpos son como un holograma blando a la vista y al tacto, sin resistencia y propicio, por consiguiente, a ser estriado en todos los sentidos por el deseo como un espacio aéreo. Nos desplazamos con circunspección en un planeta mental hecho de circunvoluciones. Y traemos de nuestros excesos y de nuestras pasiones los mismos recuerdos transparentes que de nuestros viajes.


Extracto de La Transparencia del Mal, de Jean Baudrillard.

domingo, 19 de octubre de 2008

Capsulita ... III

El eje de la curiosa dificultad se encuentra en el hecho de que nuestros puntos de vista conscientes de lo que la vida debería ser, pocas veces corresponden a lo que la vida realmente es. Generalmente nos rehusamos a admitir dentro de nosotros mismos o dentro de nuestros amigos la plenitud de esa fiebre incitante, protegida en sí misma, maloliente, carnívora y lasciva que es la verdadera naturaleza de la célula orgánica. Más bien tendemos a perfumar, a blanquear y a reinterpretar imaginando mientras tanto que todas las moscas en el ungüento y todos los pelos en la sopa son los errores de algún otro ser, bien desagradable.



viernes, 17 de octubre de 2008

Capsulita de la oscuridad II


Vivís como si fuerais a vivir siempre, vuestra vulnerabilidad no os aflora jamás al espíritu, no observáis todo el tiempo que ya ha transcurrido; lo perdéis como si pudierais disponer de él a voluntad, y eso que este mismo día que estáis regalando a una persona o a una actividad es quizás el último día que vais a vivir. Todos vuestros temores son temores de mortales, pero todos vuestros deseos son deseos de inmortales […]
Así clamó Séneca, siglo I, en De Brevitate Vitae (Sobre la Brevedad de la Vida) y citó Derrida en Aporías, 1900 años más tarde.
La imagen corresponde a uno de los retratos encontrados en el Fayum, noroeste del río Nilo, del siglo III aproximadamente.

jueves, 16 de octubre de 2008

Capsulita de la oscuridad I



*Las fábricas de la muerte también son laboratorios de la humanidad sin hombres. Tributarias tanto de la utopía radical como de la política extrema, pretenden, además de la aniquilación física del Adversario, la desaparición metafísica de lo Múltiple en lo Único. “La sociedad se cree sola, pero siempre hay alguien”, decía Artaud. “Mientras haya alguien la humanidad es imperfecta”, proclama a la inversa, y al margen de su color, el socialismo del gulag. Así pues, produce dos tipos de cadáveres: los cadáveres muertos y los cadáveres vivos, esas “marionetas con rostro humano”, esa masa anónima y continuamente renovada, esas personas impersonales en las que la chispa divina se ha apagado.

*Así cantaba Alain Finkielkraut en La Humanidad Perdida.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Cápsula Radio-Visual V: Nostalgia, de Andrei Tarkovski

Esta vez corresponde el turno a Miguel Ángel Rojas, comentando y recomendando la película de Andrei Tarkovski: Nostalgia, de 1983. La banda sonora de esta película utiliza a compositores de la tradición occidental, como Verdi, Wagner y Debussy, pero establece su centro en el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven. Su nexo con la película queda impecablemente dilucidado por su comentarista, quien esboza su aspecto crítico al discurso humanista ilustrado.

Bien Clarito ...

... decía Pascal que nada nos choca con mayor rudeza que esta doctrina; y, no obstante, sin este misterio, el más incomprensible de todos, somos incomprensibles para nosotros mismos. El nudo de nuestra condición se retuerce y desemboca en este abismo; de suerte que el hombre es más inconcebible sin este misterio que este misterio es inconcebible para el hombre.
Por otro lado, don Quijote hablaba: que la diferencia que había entre él y los otros, era que ellos eran santos y peleaban a lo divino; y él, que era pecador, peleaba a lo humano. Y remataba colocando en boca de Gli Asolani, en 1505, (Pietro Bembo), que así la vida lo mataba y la muerte lo tornaba a la vida. ¡Qué condición no oída!, la que con él, muerte y vida trataba.