lunes, 10 de diciembre de 2012

El Eros y el Tanathos. (Primeras reflexiones a modo de conclusión)

Aunque llegado a este punto, caduco, un programa llega a su resabio. Nuestro fin habla de algo que se ha dejado sin terminar. Esa es nuestra finalidad, siempre un acto inconcluso. La reflexión no puede cumplirse a cabalidad y esto no es sólo un sello, sino la garantía de prescindir de toda meta. La intención fue siempre hacer surcos, en todo momento comenzar una reflexión. Al menos un atisbo de conciencia. Confrontar el erotismo con las categorías de Bataille, es una tarea pendiente. Ritual, antropología, vuelo filosófico rasante, por el cual se desplazan las miradas en campos de intervención difusa, la escritura deja mucho y hay que retomar en el futuro. Colocando en crisis las categorías eróticas y tanáthicas, evidenciando los dispositivos del consumo como modo de la existencia del anthropos, cuando menos, otra tarea que se construye y que nunca queda concluida, nunca fue nuestra tarea concluir las cosas, como se dijo, sino siempre abrir. Los discursos pornográficos, profilácticos, las alusiones a la cultura pop, a los actos de la performance, a lo políticamente incorrecto, resultan extensiones en el campo de la reflexión teórica que iniciaría Foucault con fructíferos resultados. Son semillas. El esquema teórico que abriera Freud, por otro lado, mostró sus insospechadas consecuencias en los más diversos campos de las ciencias sociales, pero, seguramente, con toda su potencia en el campo estético. Sólo al pensar la cinematografía como hija ilustre del siglo XX, podemos estimar la magnitud de este evento histórico. (Esto es una nota de trabajo teórico en aula. Continuará.)