domingo, 9 de enero de 2011

ILUSTRACIÓN: LUZ QUE TRAE MÁS OSCURIDAD




La razón fue considerada como una facultad mental compartida por todos los que elegían "cultivarla". Entre sus connotaciones estaban el "sentido común", el ejercicio del "buen criterio" y el desarrollo del "gusto"; acompañados por una participación "saludable" en las metas activas humanas. Aplicada a las artes la "razón" denotó la búsqueda de formas expresivas y sentimientos de suficiente universalidad y validez para ser aceptados por todos los partidarios de los principios del "buen gusto" y el "juicio". Esto fue precisamente lo que tomó cuerpo en el Neoclasicismo. No obstante, la reacción a esto - esperable - se hizo sentir en las corrientes subterráneas de un anti-racionalismo que se convertiría en el germen de lo que más tarde sería el Romanticismo y de otras corrientes estéticas del siglo XIX. El concepto de "civilización" surgiría como la imposición de los principios "racionales" de la "educación" a una naturaleza originalmente "salvaje". A pesar de la aversión a los aspectos excesivamente materialistas del comercio, la utilización del dinero y la transacción se consideraban públicamente un elemento civilizador.