jueves, 19 de marzo de 2009

EL CRIMEN PERFECTO




No podemos proyectar en el mundo más orden o desorden del que hay. No podemos transformarlo más de lo que se transforma a sí mismo. Ahí está la debilidad de nuestra radicalidad histórica. Todos los pensamientos del cambio, las utopías revolucionarias, nihilistas, futuristas, toda esta poética de la subversión y de la transgresión características de la modernidad, resultarán ingenuas ante la inestabilidad, la reversibilidad natural del mundo. No sólo la transgresión, sino la misma destrucción está fuera de nuestro alcance. Jamás nos equipararemos con un acto de destrucción a la destrucción accidental del mundo.


J. Baudrillard, El Crimen Perfecto.

2 comentarios:

amnesia dijo...

y es así...perfección...

bellas fotos de ¿¿¿chaihuin???

sereneltexto dijo...

Colún, sur de Chaihuín. Lugar propicio para representar la destrucción natural como referencia del desastre accidental.
Gracias por tus comentarios.