jueves, 23 de octubre de 2008

Capsulita ... V

Lo que hecha de menos quien tiene nostalgia no es sólo el terruño, sino la propia identidad. La pérdida del propio hogar llena de sentido los dos términos del sintagma: “yo era un hombre que ya no podía decir ‘nosotros’ y que, por esta razón, decía ‘yo’ por costumbre y sin que me animara ya el sentimiento de la plena posesión del propio yo”. Reducido a sí mismo, el expatriado ya no es él mismo. Huérfano de la evidencia, comprende por defecto que los objetos, incluso los más prosaicos o los más funcionales, no se definen sólo por su calidad de utensilio y que, pese al triunfo moderno de la inteligencia racional, “todavía estamos reducidos”, para vivir humanamente, “a vivir entre los objetos que nos cuentan historias”.

Jean Améry, parafraseado por Alain Finkielkraut en La Humanidad Perdida.

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