viernes, 13 de noviembre de 2009

EL PENSAMIENTO



Es un error suponer que la verdad de una teoría es lo mismo que su fecundidad. Muchos, sin embargo, parecen pensar exactamente lo contrario. Creen que una teoría tiene tan poca necesidad de encontrar su aplicación en el pensamiento que, en general, es mejor que prescinda de ello. Toman toda afirmación en el sentido de una profesión de fe definitiva, de una orden o de un tabú. Quieren someterse a la idea como a un dios, o bien la atacan como a un ídolo. No tienen libertad frente a ella. Pero es esencial a la verdad el estar presente como sujeto activo. Uno puede oír proposiciones que en sí son verdaderas, pero sólo captará su verdad pensando y repensando en ellas.
Ese fetichismo se expresa hoy en forma extrema. Se es llamado a rendir cuentas del pensamiento como si éste fuese directamente la praxis. No sólo la palabra que busca atacar el poder, sino también aquella otra que se mueve a tientas, experimentando, jugando con las posibilidades del error, resulta simplemente por eso intolerable. Pero ser incompleto y saberlo es también la señal del pensamiento, y justamente de ese pensamiento con el que vale la pena morir. La tesis según la cual la verdad es el todo se revela como idéntica a su opuesta, según la cual la verdad sólo existe como parte. La excusa más miserable que los intelectuales han podido encontrar para los verdugos – y en el siglo pasado no han estado, al respecto, con las manos quietas – es la de que el pensamiento de la víctima, por el que esta fue asesinada, había sido un error.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de enterarme de algo que ha dejado mis pensamientos en "Jaque Mate", menos uno...
creo que nunca nada lo hará desvanecer...

sereneltexto dijo...

No comprendiendo el cariz de este comentario, me atrevo a decir que toda definición absoluta entre la relación teoría/práctica, sólo sirve para la dominación más efectiva en el campo del conocimiento. Toda realidad social se construye en base a categorías que dicen ser verdad y producto de un pensamiento. Más, si hay una verdad, creo que esa sería faltar a esta verdad y señalar que, efectivamente, no hay verdad, sino deseo.