jueves, 16 de octubre de 2008

Capsulita de la oscuridad I



*Las fábricas de la muerte también son laboratorios de la humanidad sin hombres. Tributarias tanto de la utopía radical como de la política extrema, pretenden, además de la aniquilación física del Adversario, la desaparición metafísica de lo Múltiple en lo Único. “La sociedad se cree sola, pero siempre hay alguien”, decía Artaud. “Mientras haya alguien la humanidad es imperfecta”, proclama a la inversa, y al margen de su color, el socialismo del gulag. Así pues, produce dos tipos de cadáveres: los cadáveres muertos y los cadáveres vivos, esas “marionetas con rostro humano”, esa masa anónima y continuamente renovada, esas personas impersonales en las que la chispa divina se ha apagado.

*Así cantaba Alain Finkielkraut en La Humanidad Perdida.

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