miércoles, 15 de octubre de 2008

Bien Clarito ...

... decía Pascal que nada nos choca con mayor rudeza que esta doctrina; y, no obstante, sin este misterio, el más incomprensible de todos, somos incomprensibles para nosotros mismos. El nudo de nuestra condición se retuerce y desemboca en este abismo; de suerte que el hombre es más inconcebible sin este misterio que este misterio es inconcebible para el hombre.
Por otro lado, don Quijote hablaba: que la diferencia que había entre él y los otros, era que ellos eran santos y peleaban a lo divino; y él, que era pecador, peleaba a lo humano. Y remataba colocando en boca de Gli Asolani, en 1505, (Pietro Bembo), que así la vida lo mataba y la muerte lo tornaba a la vida. ¡Qué condición no oída!, la que con él, muerte y vida trataba.

No hay comentarios: