viernes, 19 de junio de 2009

EL EXISTIR SIN EXISTENTE


¿Cómo aproximarnos a este existir sin existente? Imaginemos el retorno a la nada de todas las cosas, seres y personas. ¿Nos encontramos entonces con la pura nada? Tras esta destrucción imaginaria de todas las cosas no queda ninguna cosa, sino sólo el hecho de que hay. La ausencia de todas las cosas se convierte en una suerte de presencia: como el lugar en el que todo se ha hundido, como una atmósfera densa, plenitud del vacío o murmullo del silencio. Tras esta destrucción de las cosas y lo seres, queda el "campo de fuerzas" del existir impersonal. Algo que no es sujeto ni sustantivo. El hecho de existir que se impone cuando ya no hay nada. Es un hecho anónimo: no hay nadie ni nada que albergue en sí esa existencia. Es impersonal como "llueve" o "hace calor". Un existir que resiste sea cual sea la negación que intente desecharlo. Irremisible existir puro.

Emmanuel Levinas: El Tiempo y el Otro.

3 comentarios:

Brisas dijo...

Tocaste un tema tan profundo e inmanente para mí…¿ Alguna vez tuviste esas ganas tan fuertes de existir, esa necesidad, de descargar todo, decir todo lo que alguna ves no dijiste? Yo si, si no lo hago no existo, y a la vida creo le es indiferente quien la use, Ella con su tendencia natural, amor, paz, belleza, armonía y opulencia continuamente esta surgiendo para manifestar de mas y mas su perfección y siempre con ese impulso vivificante que le es inherente… Si no me sumerjo creo que mi existir se confronta con la nada…
A.M.

sereneltexto dijo...

Qué bella aspiración: La Nada. Y sí, alguna vez sentí la profunda necesidad, pero de algo que dista del hecho de existir. Esa necesidad lleva por nombre MÚSICA. Fundirme con la música. Es algo que, en lo personal, se ha revelado en sueños, si algo así puede ser "revelado".
Recuerdo, sueño, imaginación, como todas esas metáforas que acompañan la dimensión de lo que es posible usando el pensamiento, toman una forma concreta en una sola realidad: Música. La sal de la vida. Lo que hace que un existir no sea un error, como bien intuía Nietszche.
Hay que confrontar la nada. Dar el rostro. No evadir. La música es, para mi, una intuición.
Esa es mi postura y mi arma, frente a esa nada. Aunque, por otro lado, no creo que esté mal entrar desnudo.

Brisas dijo...

La Desnudez, la Música…Qué hermoso!! Una vez un apasionado le dijo a mi angustia; “La música es tremendamente fortalecedora” Es así, el sonido armonioso es tranquilo, es por eso que la música más deleitosa es aquietante, pienso que si le a Nietzsche tendrá en su montaña musical “Así hablo Zaratustra” de Richard Strauss. Un regalo a su existencia