martes, 11 de agosto de 2009

EL OBJETO NO ES REAL



El objeto no es real, sino un buen conductor de lo real. El objeto poético, debidamente pletórico de ecos, será, {...} un buen conductor del psiquismo imaginante. Para esta conducción hay que llamar al objeto poético por su nombre, su viejo nombre, dándole su justo número sonoro, rodéandolo de los resonadores a los que va a hacer hablar, de los adjetivos que prolongarán su cadencia, su vida temporal.
{...} Cada objeto contemplado, cada gran nombre murmurado, son el punto de partida de un ensueño y de un verso, son un movimiento lingüístico. Cuantas veces al borde de un pozo, sobre la vetusta piedra cubierta de helechos y acederas silvestres, he murmurado el nombre de las aguas remotas, el nombre del mundo sepultado ... Cuantas veces el universo, súbitamente, me ha contestado ... ¡Objetos míos, cómo me hablasteis!
Gaston Bachelard: El Aire y los Sueños

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