sábado, 24 de enero de 2009

THEODOR EDUCA


Cualquier debate sobre ideales de educación es vano e indiferente en comparación con éste: que Auschwitz no se repita.
Fue la barbarie, contra lo que se dirige toda educación. Se habla de inminente recaída en la barbarie, pero ella no amenaza meramente: Auschwitz lo fue; la barbarie persiste mientras perduren en lo esencial las condiciones que hicieron madurar esa recaída. Precisamente ahí está lo horrible. Por más oculta que esté hoy la necesidad, la presión social sigue gravitando. Arrastra a los hombres a lo inenarrable, que en escala histórico-universal culminó con Auschwitz. Entre las intuiciones de Freud que con verdad alcanzan también a la cultura y la sociología, una de las más profundas, a mi juicio, es que la civilización engendra por sí misma la anticivilización y, además, la refuerza de modo creciente (...)
Si en el principio mismo de la civilización está instalada la barbarie, entonces la lucha contra ésta tiene algo de desesperado.

T h e o d o r A d o r n o

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